miércoles, 29 de septiembre de 2010

Damien Jurado - Saint Barlett




"Creo que soy bastante bueno poniendo palabras a los sentimientos, aunque en el día a día, en el mundo real, no se me dan bien las palabras" - Damien Jurado

Siempre suelen llamar más la atención aquellos artistas excentricos con un carácter raro o extravagante, sin embargo, cuando el peso de las canciones se impone sobre cualquier otra cosa, descubres autenticas joyas como este Saint Barlett de Damien Jurado. Un tío que si nadie te dice nada, lo ubicarías perfectamente como el prototipo de camarero que te sirve el café todas las mañanas, el panadero de tu barrio o el típico vecino del quinto.

Normalmente, el camino que uno suele recorrer a la hora de familiarizarse con un artista es el de primero conocer la obra de este, y más tarde, cuando se te presenta la oportunidad, asistir a un espectáculo en directo. Sin embargo, con Damien yo he recorrido el camino contrario. Hasta hace poco no sabía casi nada de el, pero el hecho de que se anunciara una fecha de su gira en Sevilla, hizo que me acercara a este Sain Barlett, su último trabajo. El caso es que la sorpresa ha sido mayúscula, y sin esperarlo me he encontrado con uno de los mejores discos del año.

Sain Barlett contiene la tristeza y melancolía marca de la casa. El mismo artista ha reconocido que ha intentado componer canciones alegres y no ha funcionado. Debe de tener algo que ver que haya nacido en Seattle, ciudad en la que no sé que tendrá el agua que beben allí, que casi todos sus artistas o bandas componen canciones ideales para cortarse las venas.

Aunque podríamos situarlo en el cajón de los cantautores folk, en este noveno disco encontramos otros muchos matices, como por ejemplo coros y arreglos orquestales que dotan al trabajo de más empaque. De hecho, escuchándolo nadie diría que tan solo necesitó una semana de grabación de tres que tenía pactadas en el estudio.




Enlace Spotify: Damien Jurado – Saint Bartlett

domingo, 26 de septiembre de 2010

Band of Horses - Infinite Arms




No lo penséis mucho. Quince discos que hayáis escuchado y que recordaréis siempre. Haz la lista en menos de "15 minutos". Etiqueta a
15 amigos; a mi entre ellos puesto que me interesa saber cuales has escogido.

De esta manera empezaba el típico mensaje en cadena que recibí el otro día vía Facebook. Como esta vez no consistía en el costeo de una operación para un niño moribundo, algún método infalible para hacerme rico o la típica maldición si no sigues las condiciones impuestas en el mensajes, decidí entrar al trapo. Además, para que vamos a negarlo, esto de hacer listas de discos o canciones me gusta más que a Rob Fleming en la novela de Nick Hornby, Alta Fidelidad.

El caso es que una vez terminé la lista, me dí cuenta de que la mayoría de discos que incluí en esta, hacía ya bastantes años que ocupaban un espacio en mi estantería. A día de hoy, algunos de ellos apenas los escucho, pero en su momento tuvieron mucha importancia y se merecían estar en esa lista.

No se cuales serán exactamente los motivos de que me haya salido una lista con ese tufillo tan retrógrado, pero sospecho que algo puede tener que ver la sobreexposición musical en la que me veo envuelto en los últimos tiempos. Tantas descargas rápidas, tantos discos al alcance de un clic gracias a programas como Spotify, han provocado una audición mucho más superficial de discos que merecían escuchas más pausadas y prolongadas. Por si fuera poco, este año no me va a ayudar mucho a cambiar esta opinión, ya que salvo excepciones, me está pareciendo bastante flojo en cuanto a nuevos lanzamientos.

¡Pero basta ya de lloriqueos!. Sin duda, una de las novedades que se salva de la quema es este Infinite Arms de los Band of Horses. No es que vayan a entrar en esa lista de 15, pero sin duda estamos ante un gran trabajo que va creciendo con las sucesivas escuchas. Y siguiendo con las listas, pienso que los tres primeros cortes del álbum bien podrían entrar en la de mejores canciones del año. No es fácil encontrar discos que enlacen tres canciones tan sobresalientes como lo son Factory, Compliments y Laredo. El resto de la grabación, salvo contadas excepciones, no llega al nivel de ese tramo inicial, pero está llena de buenas canciones que consiguen que la media del álbum se quede en un merecido notable alto.

Se trata de un disco amable y fácil de digerir,
en el que no hay apenas sobresaltos ni sonidos demasiado invasivos. A diferencia de sus anteriores trabajos, aquí Ben Bridwell y los suyos se arriman más al pop, sin perder de vista por el retrovisor sus raíces en la música tradicional americana, como el rock, folk o country.



Enlace Spotify:
Band of HorsesInfinite Arms