Hablar de Farris es hablar de un hombre que no ha tenido toda la suerte que hubiera sido justa por talento y trabajo. Con esa voz prodigiosa que tiene, lideró en los noventa a los Screamin' Cheetah Weelies, grupo de obligada escucha para todos aquellos que les guste el rock sureño, pero que sin embargo no tuvo la misma suerte que otras bandas de su mismo estilo, como el caso de los Black Crowes o Blues Traveller. Con ellos facturó uno de los mejores discos de la pasada decada, "Magnolia".
"Salvation In Lights" huele a Nueva Orleans, a gospel, a soul y todo lo que pueda venir del sur de Norteamerica. Todo ello bañado con unas letras de marcado acento religioso. Y es que como el mismo confiesa, la religión y su familia fueron los principales apoyos para salir del infierno de sus adicciones.
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