Está claro que Chris Isaak nunca fué la alegría de la huerta, y que al tio le gusta recrearse en su dolor, más que a un cochino revolcarse en el barro, pero especialmente en este disco, el pobre hombre estaba hundido. No es casualidad que para muchos sea su mejor grabación. Así que sintiendolo mucho, Chris, espero que alguna mujer te vuelva a pisotear el corazón como lo tuvo que hacer la tiparraca que te hizo daño antes de grabar este. Espero que no te lo tomes a mal, pero en este caso, el fin sí justifica los medios. Además, con lo apuesto y apañado que tu eres, seguro que al poco tiempo volverías a encontrar otra mujer que te hiciera feliz.
Después de todo lo dicho anteriormente, no hay que ser un lince para adivinar que la tematica del disco va sobre la tristeza y la soledad que se siente después de una ruptura amorosa. Todo esto pasado por el filtro del estilo tan personal (muchas veces comparado con Roy Orbison y Elvis Presley) que Chris Isaak tiene.
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